¿Era Jobs inteligente? No, de forma convencional. Pero era un genio. Puede parecer un juego de palabras absurdo, pero en realidad su éxito pone de manifiesto una interesante distinción entre inteligencia y genialidad. Sus arranques imaginativos eran instintivos, inesperados y, a veces, mágicos. Los provocaba su imaginación, no el rigor analítico.
Educado en el budismo zen, llegó a valorar la sabiduría de la experiencia por encima del análisis empírico. Dijo que empezó a apreciar el poder de la intuición, en contraste con «el pensamiento racional occidental», cuando recorría India tras dejar la universidad. «En India, la gente del campo no usa su inteligencia como lo hacemos nosotros», afirmaba. «En vez de ello, utiliza la intuición... La intuición es algo muy poderoso, más poderoso que la inteligencia, en mi opinión. Eso tuvo un gran impacto sobre mi trabajo»…
Tramuntel telecomunicacions
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada